Aprovechamos nuestro paso por Guatemala para asomarnos al lago de Atitlán y al mercado de Chichicastenango. El paisaje de Guatemala es muy accidentado, volcánico, muy verde y dramático. Muy bonito y muy incómodo de viajar. Ahora además coincide con que estamos en época de lluvias con lo que, a las curvas, hay que añadirle los impredecibles desprendimientos en las carreteras. En esta época del año, se producen muchísimos desprendimientos y derrumbamientos que se van viendo a ambos lados de la carretera según viajas. Tan normal son los montones de tierra bloqueando la carretera como la desaparición de la misma porque se ha ido montaña abajo dejando un “bocao” de 10 metros de vacío.
Superado el desplazamiento, es muy bonito ver el lago, los pueblos de alrededor y el famoso mercado de Chichicastenango. Todos los jueves y domingos los habitantes de la región, en su mayoría indígenas, vienen al mercado a comerciar. Es muy interesante andar entre ellos, ya que la media de estatura ronda el metro cuarenta; escucharlos hablar su idioma y darse cuenta que el español lo hablan con dificultad y trazar paralelismos con los pueblos indígenas que hemos visto a muchos kilómetros de aquí. Sus facciones, su vestimenta (quitando los sombreros estilo Serranía de Ronda), su pelo y su talla nos recuerdan a las etnias del norte de Vietnam. Todo cuadra, ancestros comunes y un clima similar dan como resultado una semejanzas muy interesantes.
jueves, 14 de octubre de 2010
GUATEMALA; ATITLÁN Y CHICHICASTENANGO
Publicado por HISPANA en 9:26
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