domingo, 30 de mayo de 2010

LAS PLAYAS DEL SUR DE TAILANDIA













Como la situación política en Tailandia no era muy estable, pasamos por Bangkok corriendo para ir a las playas del Sur donde la situación era mucho más tranquila. La verdad es que la situación era impresionante. Mientras en Bangkok silbaban las balas, en el resto del país se vivía como si el conflicto estuviera en otro continente. Aún así nos entró un poco de prisa por salir de Tailandia.

OESTE: MAR DE ANDAMAN (ISLA KOH PHI-PHI)
El sur de Tailandia es parecido a lo que vimos en Halong Bay pero más colorido. Son islas paradisíacas de arena blanca y agua turquesa (el agua es mucho más transparente y bonita que en Vietnam aunque allí hay muchísimas más islas). Estuvimos en la famosísima isla Phi phi e hicimos un crucero de un día en barco para visitar algunas islas de alrededor y hacer kayak y snorkell. En una de las playas había monos y como ya sabemos de qué va el tema no quisimos interactuar con ellos, pero si ser espectadores de lo que sabíamos que podía pasar. Los monos no defraudaron; una francesa casi se mata corriendo delante de un mini mono, descalza por los arrecifes de coral con una cara de pánico impresionante… de las cosas más graciosas que hemos visto en mucho tiempo. Y una chica tailandesa terminó en el hospital poniéndose la vacuna de la rabia, por un mordisco que recibió en la pierna, eso no tuvo gracia.

ESTE: GOLFO DE TAILANDIA (ISLA KHO-TAO)
En Koh-Tao aproveché para sacarme un curso de buceo y abrirme las puertas a poder bucear con Ignacio en lo que nos queda de viaje. Koh -Tao es un buen sitio para hacer el curso porque es de los más baratos de mundo para sacarse la certificación PADI, se hace en 3 días y los fondos son muy bonitos. A pesar de que me daba un poco de miedo, el monitor que me tocó fue muy bueno y tuve la suerte de hacer el curso sólo con otra chica alemana.

HISPANA Y SU INGLÉS



La verdad es que lo habla muy bien y con mucha soltura pero de vez en cuando le pasan cosillas. A veces se inventa palabras y las larga esperando que le entiendan; entonces me mira como diciendo “esta gente no se entera, quillo”. Yo normalmente si la entiendo (o bien porque la conozco y me la veo venir, o bien porque le da por algo y lo repite constantemente), pero como cuando pasa, me suelo estar riendo y no le puedo ayudar. Recuerdo una época que le dio porque las palabras sal y pantalones no podían ser tan fáciles y convirtió “salt” en “solst” y “trousers” en “estrousers”. O el día que para pedir una Coca Cola de lata, pidió una Coca Cola de bidón.

Con los nombres también pasan cosas graciosas. Cuando son de sitios pues todos tardamos más en enterarnos a que sitio se refiere, pero cuando son con nombres de personas la cosa cambia. Si por ejemplo hemos estado en Nkhata Bay, ella puede decir que hemos estado en Nikoto Bay y al rato decir que era Kikoto Bay y quedarse tan ancha. Pero el otro día estuvimos cenando con unos ingleses y recuerdo que cuando nos dijimos los nombres, ella no se quedó muy convencida… Para cuando me quise dar cuenta, Hispana llevaba media cena llamando “Pizza” a un chavalito que se llamaba “Peter”.

El paso por los sitios que hablan francés complica un poco más las cosas, recuerdo que un día pidiendo la cena leyó “potage pecheur” y dijo “Huy que bien potaje del puchero, yo me voy a pedir eso…”

En fin que nos “rellimos”

viernes, 28 de mayo de 2010

LOS TEMPLOS DE ANGKOR












El complejo arquitectónico de Angkor (situado cerca de la actual ciudad de Siam Reap) es uno de los monumentos más importantes de Asia y por tanto un lugar para no perderse. Consiste en unas ruinas jemeres construidas del siglo IX al XIII declaradas Patrimonio de la Humanidad.

Dentro de este complejo se encuentra el templo de Angkor Wat que está considerado como uno de los monumentos religiosos más grandes del mundo (para la gran mayoría es lo más interesante de todo el complejo, pero para nosotros no fue así).

En una extensión enorme se encuentran multitud de templos, parcialmente engullidos por la jungla, que tenían como fin la adoración de los dioses Hindús (ya que los comerciantes indios que visitaban Camboya debían permanecer 6 meses allí esperando que pasara la época de lluvias). Tanta influencia india terminó por convertir al hinduismo al imperio Jemer.

En un terreno de jungla inundable, tuvieron que superar desafíos arquitectónicos importantísimos. Para evitar los cambios de humedad del suelo entre la estación húmeda y la seca, que hacía moverse los cimientos, inventaron un sistema de semi inundación del suelo, donde controlaban el nivel del agua para que éste no variara y no moviera la cimentación de los templos. La antigua ciudad fue construida rodeada de canales que llevaban el agua hasta los arrozales y que sustentaban el territorio pantanoso. Fue tal su crecimiento que está fue la principal causa de su declive. La súper población de la ciudad, la sobreexplotación agrícola y el afán de desarrollo dieron al traste con el esplendor Jemer. La mayor parte de la urbe fue abandonada en el siglo XV, y los templos fueron perdiéndose gradualmente presa del bosque (las casas eran de madera y por eso desaparecieron). A finales del siglo XIX se convirtió en fuente de interés para los eruditos tras la publicación de la obra “Voyage à Siam et dans le Cambodge”, del naturalista francés Henri Mouhot tras haber descubierto alguno de los templos.

Hemos visitado estas ruinas con María y dos amigas peruanas. A todos nos han encantado porque son muy especiales. Son lo que se diría unas “ruinas-ruinas”, hay un montón de piedras en el suelo de trozos de la estructura que se han derrumbado, árboles que nacen y se enroscan por las paredes… y todo esto rodeado de bosque ¡precioso!

Para nosotros ha sido el conjunto monumental más impresionante que hemos visto.

sábado, 15 de mayo de 2010

CAMBOYA EN FAMILIA Y LA ESCUELA DE CIRCO DE MARIA











Ya creía yo que me iba a librar de comer saltamontes y escarabajos, hasta que vino a Camboya mi hermana María... La verdad es que es un gustazo ir coincidiendo de vez en cuando con la familia. María tenía que poner a punto un espectáculo de una escuela de circo en Camboya y lo hicimos todo para coincidir. El día 1 de mayo, ella llegaba desde Paris, vía Bangkok y nosotros desde Vietnam. Vino cargadita de productos ibéricos y queso ¡y aun así con ganas de comer bichos fritos! Hemos estado una semana juntos que se nos ha hecho corta, pero hemos visitado Phnom Penh, los templos de Angkor, el lago Tonle Sap y su escuela de circo en Battambang.

La escuela de circo es un proyecto para rehabilitar niños desplazados y familias rotas por la tragedia de la Kampuchea Democrática. María estuvo por aquí hace 4 años y nos dice que la escuela ha crecido mucho. Para nosotros que no la conocíamos, nos ha parecido un proyecto sólido, consolidado y con muchas perspectivas de seguir creciendo. Tuvimos la oportunidad de ver dos espectáculos con muchos de los que van a trabajar con María y nos gustaron un montón.

Lo que nosotros hemos percibido en nuestra visita a la escuela es mucho trabajo, mucha ilusión, mucho calor y mucho buen rollo.

CAMBOYA, LA HISTORIA DE OTRO GENOCIDIO.






La historia reciente de Camboya es de lo más triste. Si en Ruanda nos conmovimos aquí se nos han revuelto las tripas. Al fin y al cabo en Ruanda el genocidio fue el resultado de una rivalidad tribal casi milenaria. Pero en Camboya no es más que la llegada al poder del que probablemente sea uno de los mayores “hijoputas” de la historia: Pol Pot. Nació en una familia acomodada, su padre era un propietario medio de tierras y pudo costear a sus hijos una buena educación. El joven Pol destacó en francés y eso le hizo ganarse una beca para estudiar en la universidad en Francia. Allí paso varios años, se apunto al movimiento comunista clandestino y su mayor fracaso fue que no consiguió el título universitario y se tuvo que volver a Camboya con las manos vacías.

A su vuelta, fue profesor de instituto y continuó activamente en los movimientos comunistas de su país escalando posiciones. A finales de los 60, Camboya estaba recién independizada de Francia (1953) y aunque la economía iba relativamente bien, el país no estaba consolidado. Entonces los americanos extendieron su guerra con Vietnam dentro de los límites de Camboya, ya que muchos líderes comunistas vietnamitas se refugiaban allí e iban ganando adeptos en la población camboyana. Los americanos en su intento de eliminarlos, los empujaron más hacia el centro del país, consiguiendo el efecto contrario al que buscaban, extender el comunismo en vez de frenarlo. Ya entrados los 70 el primer ministro camboyano Sihanouk consiguió poner de acuerdo a la izquierda y a la derecha en una sola cosa: que ninguno lo quería en el poder y su propio ejército se encargó de derrocarlo. Para entonces, Pol Pot había ganado una posición muy sólida en las filas comunistas del Jemer Rojo y éstas habían ganado poder y popularidad entre la población. En 1975 los revolucionarios comunistas tomaron la capital, Phnom Penh.

Ahí empezó la gran pesadilla del país liderada por un maquiavélico Pol Pot. En cuatro años el régimen asesinó (a palos, las balas eran caras) a dos millones de personas, lo que supuso un 30% de la población o unas 1500 muertes al día. 1975 se convirtió en el año “cero” de la nueva era. Se cambió el nombre del país por el de Kampuchea Democrática, se abolió el dinero, se desalojaron las ciudades y el país se convirtió en una cooperativa agraria campesina. La gente con educación fue declarada “impura” y fue ejecutada y a veces previamente torturada si consideraban que tenían información que aportar. Las estirpes eran aniquiladas matando hasta los bebes a golpes contra los árboles porque, como ellos decían, “las malas hierbas había que cortarlas de raíz”. Pero no solo el tener educación era tu sentencia de muerte. Saber idiomas, llevar gafas, tener empastes, cicatrices de operaciones,… cualquier indicio de que tu vida anterior no había sido de campesino, te convertía en “parásito” y enemigo del régimen. La revolución daba cabida a todo tipo de abuso institucional, violaciones masivas a mujeres y a niñas, trabajos forzados llevados hasta el nivel de esclavitud, etc., etc., etc. Se vendía el arroz a China a cambio de armamento mientras la mitad de la población convivía el hambre a diario. En paralelo, se suprimieron las entidades educativas, bibliotecas, hospitales, centros de salud y toda institución de progreso. Pretendieron curar las enfermedades con hierbas y medicina tradicional (Camboya se había convertido en un país sin médicos, pues los habían asesinado a todos).

Se instauró el régimen del miedo, nadie podía confiar en nadie ni siquiera en los propios hijos, que eran aleccionados a romper los lazos familiares y a delatar a los propios padres si por ejemplo ocultaban que hablaban idiomas. Niños y adolescentes eran considerados como más puros pues no habían sido contaminados con la sociedad anterior y eran entrenados en las armas y en las ideas del régimen. Los delatores eran premiados con posiciones relevantes dentro de su círculo de poder, creando y entrenando a pequeños “cabrones”.
A finales de 1978 los vietnamitas invadieron Camboya, empujando al Khemer Rojo hacia el oeste. El gobierno resultante después de la invasión vietnamita fue un gobierno débil y los jemeres rojos mantuvieron una guerrilla en la zona fronteriza con Tailandia, financiada por chinos, tailandeses e indirectamente por americanos que estaban en contra de un gobierno “títere” del vietnamita. Toda la gente que no había sido ejecutada o muerta por malnutrición o enfermedades simples, se dedicó a buscar a sus familiares. En este proceso de reunificación familiar se abandonaron las cosechas y resulto que otros cuantos miles murieron de hambre durante los dos años siguientes, Camboya se convirtió en el país más pobre del mundo y mantuvo esa posición durante varios años (con rentas per cápita de 80 dólares por persona y año).

Una vez más la ONU no estuvo a la altura permitiendo que los espacios de Camboya de la asamblea general los ocupara el Khemer Rojo hasta 1991. Dos décadas después de la sangrienta revolución, el gobierno camboyano y la ONU llegaron a un acuerdo para juzgar a los genocidas. Hoy día siguen los juicios, pero muchos, incluido Pol Pot murieron antes de ser juzgados.

El colmo de la historia es que en el año 2005 el gobierno Camboyano vendió a una empresa japonesa el campo de exterminio de Phnom Penh, para su explotación turística, por una suma que nunca se hizo pública, dejando la sensación a los familiares de los muertos de que su gobierno comerciaba con su pena para obtener un beneficio.

Recomendamos el libro: “Primero Mataron a mi Padre” de Loung Ung. y la película “Los Gritos del Silencio (The killing Fields).

lunes, 10 de mayo de 2010

TUNELES DE CU CHIN









Cu Chin es una región del Sur de Vietnam que tuvo una importancia especial en las dos últimas guerras (contra los franceses y los americanos). Los vietnamitas construyeron una red de túneles que alcanzó los 250 km. Allí hacían vida, comían, se protegían de los bombardeos, preparaban ataques sorpresa, preparaban y almacenaban armamento, trampas, etc. Los túneles fueron determinantes en el resultado final de la guerra y tenían ramales que llegaban hasta Camboya o hasta la misma base americana de la zona.

La guerra de Vietnam con EE.UU empezó “inoficialmente” en el año 1964 y duró hasta 1975. Los americanos querían frenar el avance del comunismo y se metieron en una guerra muy traumática e impopular que hizo tambalearse a más de un presidente. Cuando llegas al país y ves como son físicamente los vietnamitas, te cuesta creer que fueran capaces de ganar esa guerra. La gran mayoría son alfeñiques de 45 ó 50 kg y además, abundan las mariposas. Pero cuando los vas conociendo vas entendiendo porqué ganaron. Mucha tenacidad, mucha mala leche “hijoputesca” y todo un país implicado en la guerra.

La guerra la ganaron con trampas, túneles, escondrijos, armas caseras; reciclando las bombas no explotadas de los americanos y con un profundo conocimiento del territorio. Los americanos contaban con soldados bien entrenados, armamento de todo tipo, tecnología, etc. Pero en Vietnam todo el mundo era un soldado, esto incluía a mujeres, niños e incluso ancianos que no eran blanco de los americanos. Todos tenían una labor que desempeñar y la desempeñaban. Tan peligroso resultaba un soldado como un niño de 8 años o una anciana cargada de leña porque con artimañas lideraban a los americanos hasta la trampa más cercana. Otra característica que definía a los vietnamitas era el trabajo. Dedicaban el día a trabajar si los enfrentamientos eran por la noche y al revés; si la guerra era durante el día, por la noche cultivaban el arroz y preparaban las trampas.

Otra cosa a destacar era la malicia y la efectividad con la que diseñaban trampas que posteriormente colocaban en la jungla Partiendo de aparejos de pesca y cepos para cazar animales, diseñaban trampas de lo más macabro. Boquetes en el suelo camuflados bajo una cobertura de bambú y hojarasca con palos afilados como cuchillos en el fondo. O el mismo sistema con pinchos horizontales y verticales que al pisarlos te atravesaban el pié, armazones de pinchos que se te clavaban al abrir una puerta… en fin que dar un paso en falso podía complicarte mucho la vida. Diseñaron unas sandalias con la opción de ponérselas al revés con lo que el enemigo seguía las huellas en dirección contraria o usaban la ropa de los americanos muertos para confundir a los perros que los buscaban por el olfato. A todo esto se le unían las bajas causadas a los americanos por las picaduras de mosquito que eran vectores de malaria, diarreas, etc.

Y en la zona de Cu Chi (a 65 km de Saigón), “la joya de la corona”. Un laberinto de túneles subterráneos con miles de trampillas secretas (incluso que daban al río, por el que salían y entraban buceando… ¡increíble!). Tenían varios niveles de túneles, a unos 3 metros el primer nivel, a 6 el segundo y a 9 el tercero. Tenían habitaciones, pozos para sacar agua ¡y hasta cocinas!. Los construían entre 3 personas, uno que cavaba, otro que subía el material excavado (arcilla) y el tercero que la tiraba al rio. En un día estas 3 personas podían cavar unos 8 metros de túnel.
Nosotros hemos entrado en los túneles y son muy pequeños. Hay que andar a cuatro patas haciendo zig zag y es bastante claustrofóbico. Las entradas y las salidas son minúsculas y están diseñadas al tamaño oriental.

El 30 de abril hemos vivido la fiesta nacional donde celebran el 35 aniversario de la liberación de Saigón de los americanos, lo que supuso la reunificación del país en 1975. Y es que los vietnamitas entre la invasión de los chinos durante 1000 años, luego la de los franceses 100 años y los americanos otros 30, son un país que siempre ha estado dominado.

viernes, 7 de mayo de 2010

HOI AN






Seguimos bajando hacia el Sur y visitamos Hoi An (también Patrimonio de la Humanidad), que es un pueblecito con mucho encanto. Hay muchísimos edificios antiguos, algunos de ellos heredados de los asentamientos chinos (que se identificaban según su provincia de origen). También hay templos, museos, pagodas y puentes El pueblo está también atestado de sastrerías donde te dan un catálogo de moda (o incluso la revista “Hola”) y te copian todo tipo de vestidos y trajes en 24 horas. Es tranquilo y el tráfico no es demasiado estresante, así que lo visitamos en bici.

Para los alrededores alquilamos una moto y visitamos la playa de “China Beach”, donde desembarcaron los americanos en la guerra con Vietnam y aprovechamos también para visitar un templo con dos budas gigantes en la ladera de una montaña.

Nos coincidió una noche de luna llena, que aquí se celebra por la calle. Apagaron todo el pueblo y encendieron velas, había juegos y competiciones de todo tipo (artes marciales, música, juegos de mesa…) así que estuvo bastante entretenido.

domingo, 2 de mayo de 2010

HALONG BAY









Halong Bay (Patrimonio de la Humanidad) es uno de los sitios a los que Ignacio siempre había querido ir, y no defraudó. Consiste en unos 2000 islotes verticales llenos de vegetación salpicados en el Golfo de Tonkin. El enclave es extraordinario y es un regalo para la vista.

En lugar de contratar un crucero y dormir en el barco (la opción más borreguil) preferimos ir a dormir a “Cat Ba”, la isla más grande de la bahía. En el proceso de contratar el servicio que queremos, un cerdo nos la cuela y nos tanga unos eurillos, nos ha cogido con la “guardia Baja” y poco habituados a la idiosincrasia del nuevo país (en el norte son tremendos). El simple transporte a la isla es una maravilla de paseo, pero queremos más y vamos a buscar una excursión para el día siguiente para disfrutar más de cerca de los islotes.

Escogimos una opción de crucero, Kayak, playa y además pesca porque Ignacio se empeñó. En el paseo en kayak nos metimos por una gruta natural y aparecimos en una laguna escondida dentro de una isla, que además, a través de otra gruta se comunicaba con una segunda laguna preciosa; increíble.. Fuimos también a bañarnos a una playa de arena blanquita y a visitar un mercado de pescado flotante. Ignacio aprovechó para pescar y sacó un pescado en condiciones, que el capitán del barco intentó rapiñarnos, pero que conseguimos llevárnos y que nos lo cocinaran en un restaurante para la cena, en la que nos dio para invitar a los demás guiris del barco.

Una visita preciosa.

VIETNAM: SAPA





Cruzamos desde Laos a Vietnam por el norte y nuestra primera parada fue en Sapa. El viaje fue en un minibús atestado de gente en el que estuvimos 9 horas para cubrir una distancia de 90 km. Lo que resulta una fulminante media de 10 km/h.

Sapa es un pueblecito de montaña ideal para hacer senderismo que conserva su pasado francés y que tiene un entorno bonito. Parece estar de moda y todo el mundo lo aconseja, pero lo cierto es que a nosotros nos resulto un paisaje familiar parecido a cualquier pueblecito de montaña de Francia (excepto por las impresionantes terrazas de arroz).