Entre ruina y visita, desviamos un poquito el rumbo por el magnetismo de las olas de El Salvador. Para la gente en general, El Salvador es un pequeño país de Centroamérica con poco que ofrecer turísticamente hablando, si cabe, es incluso tristemente famoso por las maras y los pandilleros. Pero para la gente que hace surf, éste un país de los importantes, por la calidad de las rompientes de derecha que tiene.
En este viaje hemos estado cogiendo olas buenas, pero siempre pequeñas. Eso ha contribuido a que Hispana vaya mejorando su técnica y cogiendo confianza lo cual ha estado muy bien y supongo que yo también he mejorado algo la técnica. Pero en el surf, además de la técnica está el “tacto” y el tacto se alcanza, simplemente cogiendo olas algo más difíciles. Olas que te planteen un pequeño reto, olas que te den algo de miedo. Tener tacto te hace colocarte en el sitio correcto de encuentro con la ola, remarla justo a tiempo para bajarla con seguridad, pisar el punto correcto de la tabla, etc., etc., etc. Después de meses sin surfear olas serias, yo había perdido el tacto por completo y las olas de El Salvador me han hecho recuperarlo. Lo bueno del tacto es que igual de rápido que se pierde, se gana, aunque en el proceso se pasa un poco de miedo, porque bajar olas fuertes sin tacto es un poco como conducir sin ver bien, lo más normal es que te caigas y como la ola es fuerte, conlleva talegazo, lavadora-revolcón y en algún caso agobio de aire hasta recuperar la superficie.
Las olas de El Salvador nos han supuesto un reto para los dos. Lo bueno es que cada uno podía colocarse en una zona de la playa o en la altura de marea correcta para su nivel y empujar un poco su límite. Hispana ha estado bajando olas cuatro veces más grandes que las que le causaban pánico hace unos meses, y lo ha hecho estupendamente y sin miedo. Pero no solo eso, sino que ha cogido paredes (olas limpias, dejando la espuma atrás) de 300 metros hasta la orilla y empieza a disfrutar de las verdaderas sensaciones del surf. Yo por mi lado, he vuelto a bajar esas olas en las que al subirte a la tabla no notas el agua debajo de ella sino el aire y más que poner el pie en la tabla para bajar la ola, te colocas la tabla (que “flota” en el aire) debajo del pie y pisas para buscar el contacto con el agua y bajar la ola. He recuperado sensaciones de catapulta, ingravidez, velocidad y poder del agua, típicas del surf de olas serias, que no había tenido en muchos meses.
jueves, 14 de octubre de 2010
EL SALVADOR. POR FIN OLAS SERIAS
Publicado por HISPANA en 9:40
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6 comentarios:
hispi, estás hecho toda una pro... guau!!!
q pasada!! hispana no te digo naaa!! ya mismo estamos en portugal cogiendo olitas e ignacio vente pa ca ya para darme clases q tienes que tener un nivel muy curioso!
A lo mejor Hispi ya ha salido para España o poco le queda
Ósea que eso quiere decir que ya estáis en México no?
Que penita vuestra despedida, pero bueno ha sido un buen año no?
Muchos besos culebrillas
Maria
Jo que pasada,los dos surfeando las olas a la limón.Da gusto veros compartiendo el mar. Muchos besos.
Rocho
¿Quien era el fotógrafo? ¿Julio?
Pues que sepais que acabo de hablar con Hispanita que está ya en España, haciendo transbordo entre Mallorca y Málaga. Esta noche ya duerme con Mariquilla.
Un año ya...
Olé Ignacio!! Parece que además de ver el mundo de paso estas mejorando tu surfing...posturas en bloque,, cantos bien metidos, peso adelantado, brazos controlados y lo mas importante, velocidad!! voy a tener que ponerme las pilas porque antes te ganaba sin esforzarme! ( je,je)
Tiene todo el merito del mundo empezar a surfear pasada la treintena y conseguir hacerlo bien!Pocos saben lo duro que ha sido...yo he sido testigo.Enhorabuena, nos enseñas a los demas que la voluntad lo puede todo.Ride on....ride on....
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