viernes, 26 de febrero de 2010

CULEBRAS EN LA NIEBLA



PARQUE NACIONAL DE LOS VOLCANES. RUANDA











Una imagen vale más que mil palabras...

martes, 23 de febrero de 2010

RUANDA, NO APARENTA LO QUE HA SUFRIDO



GENOCIDIO. Es una palabra que no existía antes de 1944, pero Hitler con su persecución a judíos, gitanos, etc. creo la necesidad de acuñar un término para lo que él había perpetrado. En la historia del mundo se habían producido otros genocidios antes que el de los judíos (como el de los armenios a manos de los turcos a principios del siglo XX) pero la magnitud del holocausto de la segunda guerra mundial hizo surgir nueva la palabra en la comunidad internacional. Genocidio viene del latin “geno” pueblo, origen, tribu y “cidio” acción de matar y supone un delito internacional clasificado dentro del género crímenes contra la humanidad. Se entiende por genocidio cualquiera de los actos perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal. Estos actos comprenden la muerte y lesión a la integridad física o moral de los miembros del grupo, el exterminio o la adopción de medidas destinadas a impedir los nacimientos en el grupo.

Ruanda es un país muy pequeño del centro de África que comparte frontera con El Congo, Uganda, Tanzania y Burundi. Sus habitantes primitivos eran pigmeos twas (cazadores) que fueron desplazados por los hutus (agricultores) y éstos posteriormente fueron dominados por los tutsis (ganaderos). El caso es que estos 2 últimas tribus nunca se han llevado muy bien y a lo largo de la historia se había producido alguna matanza de tusis (minoría dominante) sobre hutus, aunque por el hecho de compartir un territorio tan pequeño no eran infrecuentes los casos de familias mixtas. En la época colonial, primero llegaron los alemanes en el siglo XIX y después de su derrota en la primera guerra mundial, los belgas. Éstos alimentaron aún más la discordia porque gobernaban a través de los líderes tribales tutsis. Introdujeron el carnet de identidad étnico que separaba las dos razas y dieron más beneficios a los tutsis para utilizarlos como herramienta de mando. A veces los dos pueblos estaban tan cercanos que el criterio de determinación de raza era más social que racial y se hacía por el número de vacas que la familia poseía. (“eran” tutsis los que tenían 10 vacas o más y hutus los que tenían menos de 10). Llegó un momento que las demandas de los tutsis a los belgas fueron demasiado altas y los belgas comenzaron a beneficiar algo a los hutus, radicalizando aun más las posiciones. Tras la independencia de Ruanda el conflicto estaba servido y no hizo más que empeorar.

El caldo de cultivo prosperó con los gobiernos de independencia y se llegó hasta los años 90 con varios episodios de violencia interracial tanto en Ruanda como en el vecino Burundi con una situación muy similar. La mayoría hutu había llegado al gobierno después de siglos de dominación tutsi. Y a mediados de los 90 estalla el gran conflicto. Los datos son escalofriantes: asesinaron a unas 800.000 personas de un total de 9.000.000 (un 11% de la población y 4/5 partes de los tutsis que tenía el país), del resto 7.000.000 fueron desplazados de sus pueblos huyendo de la muerte y de esos, 3.000.000 de personas escaparon a países vecinos donde se refugiaron. El número de niños que quedaron huérfanos fue el más alto del mundo en términos absolutos. Las muertes se producían en ambas razas aunque predominantemente entre los tutsis.



Es sobrecogedor escuchar las historias personales de los supervivientes. No se me quita de la mente por ejemplo, cuando cuenta una chica de unos 30 años que paseaba por la calle y todo estaba en silencio. Dice que parecía que hasta los animales sabían que algo pasaba y no se escuchaba ni a los pájaros. Todo era silencio. Las calles estaban atestadas de cadáveres que eran devorados por los insectos. De repente entre el caos vio el cadáver reciente de una chica joven con su bebé vivo mamando de los restos de su madre. Las formas de asesinato eran brutales como cortar pies y manos y dejar agonizar hasta morir… y muchas más formas todas igual de crueles. ¡Y pensar que de esto hace menos de 15 años! no ha pasado ni siquiera una generación que ayude a olvidar un poquito.

El genocidio no fue producto de un estallido espontaneo de violencia, sino una matanza bien planeada, avisada y conocida por las grandes potencias. Mientras las muertes se producían por miles, el mundo miraba hacia otro lado. Se produjeron grandes hipocresías históricas desde la comunidad internacional. Estados Unidos abogó en la ONU porque no se calificara el conflicto como genocidio para no tener que intervenir (según su legislación, deben intervenir en casos de genocidio). Francia que apoyó al gobierno hutu ejecutor de la matanza (en un intento de perpetuar la “grandeur en la francophonie africana” ya que los tutsis eran de una inclinación más anglosajona) se puso posteriormente a pacificar el territorio, erigiéndose el interlocutor de la pacificación. Kofi Anan, secretario General de la ONU pidió perdón públicamente en un discurso muy emotivo diciendo que podía haberse hecho mucho más y que la comunidad internacional era responsable por omisión. El gobierno belga también pidió perdón públicamente.

Aunque terriblemente tarde, Naciones Unidas se puso manos a la obra y por lo menos algunos de los arquitectos de aquella catástrofe están siendo juzgados en el Tribunal Internacional de Arusha (Tanzania). A día de hoy, después de tantos años se siguen juzgando a culpables porque todavía siguen las detenciones.
Pero lo más meritorio es que el país parece haber pasado página de todo esto, y haber roto con la violencia, ya que como decía una superviviente: “Si nosotros ahora tomamos la revancha entonces sus hijos la tomarán con nuestro hijos, en algún momento tiene que romperse esta cadena”…

Lo que más sorprende es que un genocidio, no es un delito único, sino una cadena de miles de delitos individuales. Además siempre es premeditado, cuesta imaginar la perversidad de las mentes que lo planean y que la comunidad internacional estaba al tanto y no hizo apenas nada.

En Kigali la capital de Ruanda hay un memorial del genocidio que estuvimos visitando. En él explican el genocidio que ellos protagonizaron y otros de la historia de la humanidad como el nazi o el de la antigua Yugoeslavia. Es normal ver a los turistas y visitantes del centro secándose las lágrimas al recorrer el memorial. Su visita te provoca muchísima pena. Pero lo más terrible es, que la conclusión que sacas al salir de allí, es que el genocidio de Ruanda no ha sido el último y que probablemente nosotros seremos testigos de otro, quién sabe en qué parte del mundo. Concluyes que la humanidad tiene ese lado oscuro y que es posible que, una vez más el resto del mundo mire para otro lado…

RUANDA. UNA MARAVILLA DE MINI PAIS








Ruanda es un país del centro de África un poco más grande que la provincia de Badajoz. Se le conoce como el país de las mil colinas y es completamente así. Recuerda mucho a la España cantábrica. Montañoso, verde y arbolado, incluso se ven vacas a manchas blancas y negras. Lo primero que nos sorprendió incluso antes de entrar es que es un país sin bolsas de plástico por todo lo que ensucian y contaminan. Y de hecho en la frontera nos tuvimos que deshacer de todas las que teníamos porque si te las encuentran en la aduana te multan.

Su capital Kigali es muy limpia y ordenada y no deja de sorprenderte. Es una ciudad donde ¡hasta los mendigos van limpios! De hecho, te extraña que alguien tan bien vestido se te acerque a pedirte dinero. La verdad es que era un país que no teníamos en mente visitar pero, gracias a la recomendación de un amigo, estamos aquí y lo estamos disfrutando un montón porque hay mucho que ver.

Ruanda tiene el bosque húmedo más biodiverso de África, Nyungue o el lago Kibu. Un lago inmenso y lleno de islas que comparte con la República Democrática del Congo. Cualquier viaje que hagas en Ruanda es un gustazo pues las carreteras son preciosas, hay poco tráfico (y no conducen deprisa) y cuando llegas a los sitios, siempre encuentras más de lo que esperabas.

Por otro lado la gente es encantadora y hacen que el país sea agradable de viajar, pero sobre todo te sorprende cómo han sabido pasar página de su terrorífico pasado reciente.

miércoles, 17 de febrero de 2010

A TIMÓN TIMÓN NO… PERO A SUS PRIMOS SI




Bueno como nos habéis preguntado por Timón aquí os enseñamos a un primo suyo, no es un suricato, es una mangosta pero pertenecen a la misma familia.

¡¡TEMBO CAMPING, TEMBO CAMPING!!





Tembo es la palabra swahili que significa elefante y precisamente con esas palabras y a voz en grito, nos despertamos el día que dormimos en el borde del cráter del Ngorongoro. La gran putada es que yo me había enterado la noche anterior que “tembo” significaba elefante, de forma que oír esos gritos a las 6:00 de la mañana te hace despertar sobresaltado. Corriendo, me levanto “acojonao” pensando que un elefante le va a pegar un pisotón a nuestra tienda con nosotros dentro, mientras Hispana, más tranquila y saliendo del sueño, empieza a colegir la información recibida a la vez que se le va cambiando la cara. Abro la cremallera y efectivamente veo dos tembos como dos soles que se pasean por el camping comiendo hierba y metiendo la trompa en el depósito de agua del techo de las duchas para bebérsela.

Lo cierto es que los campings aquí no están vallados y esto por lo visto es una situación bastante común, pero quizá a nosotros viniendo de Málaga o de Cádiz nos falta algo de costumbre. El hecho es que una vez despiertos hay que ir al baño y los elefantes andan por allí, menos mal que hay árboles salpicados que te ofrecen algo de protección en el camino hacia el baño. Al rato a uno de ellos le da curiosidad una de las tiendas de campaña, se acerca a ella y se fija en la funda de la tienda. La coge con la trompa y empieza a darse con la funda en el lomo como rascándose y a tirarla por los aires y recogerla, mientras que la gente que andamos por allí y el dueño de la tienda lo flipamos mucho.

Pero esta no ha sido la única experiencia especial con elefantes, el día anterior en el Lago Manyara nos pasó una cosa muy peculiar. Observando desde el coche, con todo el techo abierto, a un macho que estaba en mitad del camino, de pronto propone Hispana “¿por qué no nos acercamos un poco más dejándonos ir cuesta abajo sin arrancar el motor y lo vemos más de cerca?”. El imprudente del conductor le hizo caso (yo también lo hago a veces, con Hispana es así…), de forma que nos acercamos en silencio y le bloqueamos el camino sin querer. En ese momento el elefante a pocos metros de nosotros barritó con gran estruendo y dio tres o cuatro pasos en carrera contra nuestro coche, se paró, ya a un metro y medio de nosotros, agitó las enormes orejas y nos miró fijamente como diciendo “¿todavía tenéis mucho mas porculito que dar?”. Ni que decir tiene que los que estábamos allí, primero nos hicimos caquita y segundo cogimos el mensaje. Nos quedamos un eterno minuto inmóviles en el coche, en perfecto silencio y poniendo cara de buenos, esperando a que el elefante se calmara… Y por fin se calmó y reculó dejando libre el camino. Un elefante salvaje africano puede pesar entre 6 y 7 toneladas y el coche en el que íbamos no llega a las 2 o sea que le hubiera resultado sencillo hacer con nosotros una bola parecida a las que se hacen con el papel de plata de los bocadillos.

“HOMO SAFARIS RIDICULIS”









En este safari además de ver miles de animales, hemos descubierto a una subespecie del Homo sapiens sapiens que es el Homo safaris ridiculus. Quizás el máximo exponente se da por la zona de Italia que son los más obsesionados por la moda y el diseño y podríamos describirla como a aquella que responde a las siguientes características:

- Vienen perfectamente equipados para la ocasión y no les falta un perejil.
- Preguntan sin descanso al guía.
- Estrenan ropa de safari color caqui, verde o beige y todo, incluido los complementos están conjuntados. Incluso algunas parejas llegan a “contraconjuntarse”.
- Buscan y persiguen de manera ansiosa a cualquier animal, por muy cerca que esté (ya sea un mono o un pájaro de lo más común) Incluso en los aparcamientos de las taquillas de los parques nacionales.
- Llevan colgados y pretenden utilizar a la vez prismáticos, cámara de vídeo y cámara de fotos, lástima tener solo dos ojos...
- Ellos son lacios por naturaleza.
- Ellas van equipadas para el campo pero maquilladas y con perfume.

martes, 16 de febrero de 2010

NGORONGORO-SERENGETI. EL PARQUE NACIONAL UNIVERSAL












Acabamos de terminar un mini safari de 4 días en Tanzania y nos vamos con la sensación que si hubiera que declarar un “Parque Nacional del Planeta Tierra” desde luego podría ser el Nogorongoro-Serengeti (que no son un solo parque por razones técnicas). La riqueza y abundancia de todo lo que se ve allí está fuera de toda posible comparación.

En el safari, además hemos visitado el Parque Nacional del Lago Manyara. La verdad es que hemos visto cosas que nos han dejado sin palabras El estar presenciando en primera persona el entorno y los animales que tantísimas veces has visto en la tele te hace flipar por un lado pero por otro te hace plantarte cosas tan absurdas como “¿sabrá esta gente que vive aquí, que precisamente este sitio ocupa el 75 % del tiempo de sobremesa de las televisiones del resto del mundo?”O sea que después de esta visita nos consideramos como auténticos “embajadores” de la 2ª cadena y todos sus documentales.

El cráter del Ngorongoro es de esos sitios sumamente especiales del mundo que ya desde arriba te sobrecoge presenciarlo. Los datos del cráter son impresionantes. Es la caldera volcánica completa más grande del mundo, tiene de 17 a 21 km de diámetro y unos 300 km2 de superficie. Pero mucho más impresionante que sus datos es el jardín del Edén que hay allí montado. En un entorno espectacularmente bonito se encuentran diferentes ecosistemas, bosques, lagunas, praderas, sabanas, charcas y arroyos que dan cabida a la gran mayoría de animales africanos por cientos, lo cual hace que sea relativamente fácil verlos.

Una vez que estás dentro, ves una gran llanura rodeada por una pared montañosa bastante uniforme. Pero las referencias se hacen difíciles de calibrar. Miras hacia la parte alta del cráter y lo ves cerca y piensas que no es tan grande y al momento miras hacia el bosque que está justo debajo de esa misma pared y lo ves lejísimos y entonces piensas que el cráter es inmenso. Estuvimos unas cinco horas conduciendo por dentro del cráter y vimos de todo, sin duda lo más especial una pareja de leones apareándose.

Sorprende que la zona del cráter no sea parque nacional y le llamen zona de conservación especial, lo cual podría parecer como de 2ª división. La razón es que el gobierno de Tanzania no ha sido capaz de pactar la salida de los Masai de la zona y por razones legales no pueden denominarlo parque nacional si dentro hay asentamientos humanos. De hecho los Masai tienen voz y voto en la gestión de la zona del cráter y entran a diario con sus vacas para ponerlas a pastar y para darles un aporte de sal que encuentran en el fondo del cráter.

sábado, 13 de febrero de 2010

ZANZÍBAR ES MÁS BONITA EN MOTO














Afortunadamente en Zanzibar no todo es historia. El plan en Zanzíbar ha sido muy divertido. Alquilamos una moto de trail para movernos por la Isla a nuestro antojo y poder ver a unos monos endémicos muy raros (los colobus rojos y con mucho pelo) e ir a las playas, ya que muchas tienen acceso solo por carriles de arena y piedras. Hemos tardado 3 días en darle la vuelta a la isla y ha sido precioso.

Pero lo más bonito de Zanzíbar han sido sin duda sus playas. El agua tiene todas las tonalidades de verdes y turquesas y una claridad increíble. La arena es como harina, finita y muuuuuuy blanca (la más blanca de todo el viaje). Todo esto acompañado de una vegetación exuberante de palmeras, árboles y arbustos, junto el exotismo de encontrarte por ejemplo con un Masai paseando por la orilla… Todas las playas nos han encantado, pero ambos coincidimos en que las playas del oeste de Zanzíbar son, por ahora, las playas más bonitas del mundo… (Es un poco bestia decir eso pero por lo menos lo son de “nuestro mundo” y la verdad es que “nuestro mundo” tiene bastantes playas…)

Y por si fuera poco hemos dormido en bungalós en la misma playa, ansiosos por abrir la puerta al levantarnos sabiendo las vistas tan increíbles que teníamos delante. Hemos desayunado fruta riquísima y hemos cenado pescado fresco en una mesita en la playa a pocos metros del rebalaje… inolvidable.