domingo, 12 de septiembre de 2010

COSTA RICA. VOLCÁN DE POÁS Y TORTUGUERO











Costa Rica es un país muy bonito al que le hemos dedicado poco tiempo. Y esto ha sido por varias razones. Es muy turístico, relativamente caro y además lo hemos cogido en época lluviosa, lo que supone empaparse en 30 segundos si la lluvia (diaria) te coge desprevenido además de derrumbamientos y vadeos profundos en las carreteras. Por otro lado, si nos hubiera cogido al principio del viaje, seguro que lo hubiéramos aprovechado más, pero cogiéndonos al final, nuestras prioridades ya son otras. Ahora queremos bajar el ritmo, ver menos cosas y surfear más y si lo podemos hacer en un país algo más barato, mejor.

Lo que no hemos querido perdernos es lo más significativo del país; volcanes y el Parque Nacional de Tortuguero. Tortuguero es un “miniamazonas” en el Caribe costarricense donde van a desovar cientos de tortugas todas las noches de la temporada. Tanto es así que es muy común que una tortuga al hacer su nido para enterrar sus huevos, desentierre los huevos de otra anterior cargándoselos sin querer. La misma aglomeración de tortugas de por la noche, se ve de día en el pueblo con los turistas. Entre los españoles, muy numerosos, hay de todo, pero abunda el “gañaneo” y no es extraño oír gritos de admiración por haberse encontrado un cangrejo en la playa… Los del pueblo por otro lado también han perdido un poco el norte y hay sitios en los que pretenden cobrarte 1 € por ir a un baño público de tablas de conglomerado. En fin que nos quedamos un poco con la idea de que a Tortuguero hemos llegado unos 20 años tarde, aunque aun así, sigue impresionando.

Por la noche nos acercamos a la playa para ver el desove. Es flipante ver el esfuerzo que hacen las pobres tortugas en salir del agua, cavar una “cama” y sobre esa cama cavar el nido donde depositar unos 100 huevos de forma que queden a uno 50 cm de la superficie para que la temperatura sea la justa y taparlo y disimularlo todo después para proteger el nido de los depredadores (los peores los humanos, sigue habiendo mucho furtiveo por allí). Cuando la tortuga termina todo el proceso han pasado varias horas y vuelve exhausta hacia el mar. En la misma temporada reproductiva, una tortuga puede venir varias veces a desovar en intervalos de dos semanas más o menos. Es un espectáculo ver el enorme esfuerzo que se lleva la reproducción aunque, por otro lado, concentran todas sus obligaciones maternales en unas cuantas noches muy duras y se olvidan de sus crías para siempre. Esas crías, si todo ha ido bien, nacerán solas en unas semanas y tendrán que enfrentarse cientos de peligros dentro y fuera del agua hasta que consigan crecer un poco y endurecer su caparazón.

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