domingo, 26 de septiembre de 2010

EL PRIMER “DEPORTE”DE EQUIPO DEL MUNDO. EL JUEGO DE PELOTA MESOAMERICANO.











Hemos pasado brevemente por Honduras de camino hacia Guatemala, donde hemos quedado con mi hermano Julio. Pero por el camino no hemos querido perdernos las Islas de la Bahía en el Caribe y las ruinas de Copán fronterizas con Guatemala. Las ruinas de Copán son impresionantes y tienen dos campos de pelota lo que las hace especiales entre las ruinas de la zona.

En la antigüedad, las grandes civilizaciones de la cuenca mediterránea tenían espectáculos deportivos, a veces mezclados con el sacrificio de los contendientes; pero mientras en América, los mayas y los olmecas habían ido un paso más allá, inventado el primer deporte en equipo del mundo. La gran diferencia de porqué en América si y en Europa no, es fundamentalmente por la invención de la pelota. Los americanos usaban la pelota como instrumento deportivo ya 1500 años antes de Cristo, mientras que en Europa no se empezó a utilizar hasta muchos siglos más tarde. Otra gran diferencia, una vez que Europa “descubre” la pelota, es el material de la misma, que determina que esta bote o no, ya que una pelota que bota, amplía considerablemente las posibilidades de un deporte. Mientras en Europa las pelotas se hacían de cuero y no botaban, en América tenían el árbol del látex, con lo que podían forrar de goma cualquier cosa semi redonda (incluso cráneos de enemigos) y hacerlo botar. Las pelotas normalmente no se hacían de goma maciza por su peso, y oscilaban entre los 10 cm de diámetro hasta los 40 y podían llegar a pesar hasta 4 kg.

Los campos de pelota eran símbolo de la riqueza o el poder de una ciudad y se les otorgaba gran importancia. Consistían en un campo con forma de “I” mayuscula conformada por dos estructuras rectangulares con paredes biseladas en un ángulo de unos 45º. No era un mero deporte sino un ritual complejo, basado en creencias religiosas, que llegaba a afectar a la vida de los contendientes. Mientras los vencedores eran admirados y ampliamente premiados, los perdedores podían incluso ser sacrificados. Las culturas de Centroamérica creían que sacrificando vidas valiosas, como las de los jugadores de pelota, mantenían las buenas cosechas y la salud del resto del pueblo. Incluso a veces el juego suponía un sustituto de la guerra con pueblos rivales.

Parece que la mecánica del juego consistía en pasar la pelota de un equipo a otro usando principalmente las caderas, de forma que al principio se ponía la pelota en juego lanzándola, para mantenerla en el aire y botando con golpes de cadera hasta que la pelota acababa rodando. Las ruinas de Copán tienen un impresionante campo de pelota con gradas para muchísimos espectadores.

sábado, 18 de septiembre de 2010

SURFEANDO EN NICARAGUA CON EL MAQUINÓN DE HISPANA








Nicaragua es un país barato, pequeño y con buenas olas, así que es perfecto para esta parte del viaje. Nos hemos quedado en un pueblecito de costa llamado San Juan del Sur que está nada más cruzar la frontera desde Costa Rica. Alrededor del pueblo hay varias playas con olas a las que se puede ir dependiendo de cómo esté el día.

Hispana empezó a aprender a surfear hace unos años pero, entre el poco tiempo que ella le podía dedicar y con las olas de Portugal, que no son muy buenas para aprender, le acabó cogiendo miedo. Entonces, llegó a un punto en el que, o superaba el miedo y seguía avanzando, o ya solo se podía divertir en olas enanitas. Así pasaron algunos años y cuando terminó podología y volvió a tener tiempo libre, para entonces el miedo se había hecho fuerte. Yo que quería que ella lo superara y me plantee cómo hacerlo pero no era fácil, habían pasado unos años y eso no ayudaba. Yo le había regalado a Hispana varias tablas apropiadas para su nivel pero no parecía ayudar. Pensé en algo diferente está vez y me las ingenié para regalarle una tabla especial. Una tabla buena para aprender, dura de romper y lo más importante; rosa y con hibiscos. Y a partir de ese momento, el surf se convirtió en una cosa mucho más seria para Hispana.

Empezó el viaje y nos fuimos a Bali. Allí encontramos una playa donde había olas grandes y fáciles, que era justo lo que necesitaba Hispana para vencer su miedo. Ella con pocas ganas, mucha voluntad y más miedo, se metía en aquella playa pero no le era nada fácil. Incluso hubo un punto en que ella misma se planteo que el surf no le merecía la pena y que lo abandonaba, pero por otro lado se decía a sí misma “¡y por qué no lo voy a conseguir si yo soy deportista y me gustan las olas pequeñas, la playa, etc!”. Hubo un punto de inflexión en el que ella, después de un revolcón, se planteó en serio dejarlo y vino al pico a contármelo. Yo en un último intento de espolearla, le dije “bueno no te preocupes que esto es para disfrutar y si no disfrutas, no merece la pena. Así que no pasa nada, cuando lleguemos a España vendemos tu tabla nueva, te dedicas a otra cosa y ya está”… Mano de santo; en ese momento cogió un olón que le dio miedo pero lo venció, volvió al pico, cogió otra, otra y otra dejando el miedo cada vez un poco más atrás.

Desde entonces hemos surfeado en Filipinas, Australia y ahora en Nicaragua. Hispana ha disfrutado muchísimo todos esos sitios, ha surfeado en paisajes increíbles, en aguas transparentísimas, rodeada de delfines y con olas perfectas para su creciente nivel. Ahora está haciendo enormes progresos y se está convirtiendo en una “gibia” del surf (no se quiere salir del agua). Disfruta un montón y va aprendiendo rápido. Así que después de todo, el esfuerzo le ha merecido un montón la pena y ahora está resultando que encima, la “joía”, tiene habilidad.

domingo, 12 de septiembre de 2010

COSTA RICA. VOLCÁN DE POÁS Y TORTUGUERO











Costa Rica es un país muy bonito al que le hemos dedicado poco tiempo. Y esto ha sido por varias razones. Es muy turístico, relativamente caro y además lo hemos cogido en época lluviosa, lo que supone empaparse en 30 segundos si la lluvia (diaria) te coge desprevenido además de derrumbamientos y vadeos profundos en las carreteras. Por otro lado, si nos hubiera cogido al principio del viaje, seguro que lo hubiéramos aprovechado más, pero cogiéndonos al final, nuestras prioridades ya son otras. Ahora queremos bajar el ritmo, ver menos cosas y surfear más y si lo podemos hacer en un país algo más barato, mejor.

Lo que no hemos querido perdernos es lo más significativo del país; volcanes y el Parque Nacional de Tortuguero. Tortuguero es un “miniamazonas” en el Caribe costarricense donde van a desovar cientos de tortugas todas las noches de la temporada. Tanto es así que es muy común que una tortuga al hacer su nido para enterrar sus huevos, desentierre los huevos de otra anterior cargándoselos sin querer. La misma aglomeración de tortugas de por la noche, se ve de día en el pueblo con los turistas. Entre los españoles, muy numerosos, hay de todo, pero abunda el “gañaneo” y no es extraño oír gritos de admiración por haberse encontrado un cangrejo en la playa… Los del pueblo por otro lado también han perdido un poco el norte y hay sitios en los que pretenden cobrarte 1 € por ir a un baño público de tablas de conglomerado. En fin que nos quedamos un poco con la idea de que a Tortuguero hemos llegado unos 20 años tarde, aunque aun así, sigue impresionando.

Por la noche nos acercamos a la playa para ver el desove. Es flipante ver el esfuerzo que hacen las pobres tortugas en salir del agua, cavar una “cama” y sobre esa cama cavar el nido donde depositar unos 100 huevos de forma que queden a uno 50 cm de la superficie para que la temperatura sea la justa y taparlo y disimularlo todo después para proteger el nido de los depredadores (los peores los humanos, sigue habiendo mucho furtiveo por allí). Cuando la tortuga termina todo el proceso han pasado varias horas y vuelve exhausta hacia el mar. En la misma temporada reproductiva, una tortuga puede venir varias veces a desovar en intervalos de dos semanas más o menos. Es un espectáculo ver el enorme esfuerzo que se lleva la reproducción aunque, por otro lado, concentran todas sus obligaciones maternales en unas cuantas noches muy duras y se olvidan de sus crías para siempre. Esas crías, si todo ha ido bien, nacerán solas en unas semanas y tendrán que enfrentarse cientos de peligros dentro y fuera del agua hasta que consigan crecer un poco y endurecer su caparazón.

lunes, 6 de septiembre de 2010

HACIENDO EL YANKEE EN USA
















A pesar de lo cortita que ha sido nuestra estancia en Estados Unidos, hemos hecho algunas de las cosillas típicas. Nos alquilamos un caravanón en plan americano (enorme) para subir de Los Angeles a San Francisco. Hemos dormido en el típico motel americano, hemos lavado la ropa en la típica lavandería de monedas en la que podría haber estado el “güenorro” en calzones lavando sus Levi’s, nos hemos tomado coca-colas en vasos de litro y medio que cuando lo apoyas en la mesa ya no te ves las caras para hablar, etc.

De los sitios chulos que hemos visto ha sido por supuestísimo San Francisco, una de mis ciudades preferidas. También hemos visitado los bosques de Muir para ver las sequoias gigantes. Hemos bajado por la costa de vuelta a Los Angeles parando en Santa Cruz, Monterrey y Carmel y algo más al sur para ver una colonia de elefantes marinos inmensos. Una chulería de viaje.

ESTADOS UNIDOS BREVE PERO INTENSO





Este viaje, entre otras miles de cosas, me ha dado la oportunidad a reencontrarme con mi propia historia. Si hace poco hacía números de cuantos años habían pasado desde que estuve en Australia y recorría los mismos lugares en los que estuve la primera vez, ahora lo he hecho en Estados Unidos.

Hace nada menos que 25 años fui un estudiante de intercambio en un pueblo de California llamado Walnut Creek. Allí con 18 años viví un año muy diferente de mi vida lleno de experiencias. Lo mejor de todo fue a la gente que conocí y dos de las tres familias que me hospedaron en su casa (con una de ellas, la de Sal, siempre hemos mantenido el contacto). Nuestro propósito de viaje a Estados Unidos ha sido, principalmente, volver a ver a esas personas y así ha sido.

Desde antes de salir de España, la intención era pasarse a ver a Sal (mi padre americano y de todos mis hermanos) y los Thompson además nos habían invitado a pasar a verlos por Arizona (familia amiga que hospedó a una de mis hermanas y después ha vivido en Málaga). Y una vez allí intentar ver a los Trapani, la otra de las familias buenas que me tuvo allí. Gracias a “facebook” encontré a los Trapani, con los que había perdido el contacto a lo largo de los años, con lo cual se podía intentar ver a todos.

Al final todo encajó perfectamente. Con los Thompson pudimos coincidir todo un día en San Francisco (ya que ellos tenían un viaje largo programado por la costa oeste), en el que nos hicieron de guías y nos llevaron a comer a un sitio precioso del turístico puerto pesquero (Fisherman’s Wharf). Con los Trapani también fue fantástico porque nos invitaron a cenar a la misma casa en la que yo estuve, con toda su familia, (que había crecido bastante) y fue como si no hubieran pasado los años, lo pasamos estupendamente.

Y con Sal y Ruth, como son tan cercanos a nuestra familia y siempre hemos mantenido el contacto, ha sido precioso estar una vez más con ellos, pero esta vez en su territorio (pues han sido normalmente ellos los que han viajado a España). Hemos tenido la oportunidad de conocer cómo son sus vidas ahora y de visitar la fantástica zona en la que viven. También hemos conocido a algunos de sus amigos, hemos salido a cenar a un restaurante donde ya me llevaban entonces... Pero sobretodo hemos vuelto a compartir unos días estupendos juntos. Hemos estado definitivamente en familia.